ABSTRACT
Los trastornos del lenguaje constituyen un motivo frecuente de consulta pediátrica y muchas veces, tardíamente derivados a la atención especializada. Con una prevalencia oscilante entre un 5-10% a nivel mundial, en nuestro medio, constituye uno de los principales motivos de consulta por demanda espontánea a la consulta neuropediátrica. Justifica entonces consolidar un conocimiento de esta patología, a fin de establecer diagnósticos más precisos y a su vez intervenciones apropiadas. Para ello haremos referencia inicial a algunos conceptos básicos en relación al lenguaje. El lenguaje es una facultad comunicativa humana, con cuatro componentes básicos: el fonológico, el sintáctico, el cognitivo y el pragmático. Los dos primeros son de índole formal (estructura del código verbal y leyes que lo sustentan), mientras que el componente cognitivo abarca el léxico y la semántica, y el componente pragmático le confiere al lenguaje su función social-comunicativa. Esta compleja maquinaria linguística pone en marcha un conjunto de funciones cerebrales superiores, en función a un contexto social y dependiente de la integridad de las funciones auditivas y motoras. Por lo tanto las posibilidades de "error" a lo largo de esta larga cadena de acontecimientos son muy elevadas y cualquier alteración en el engranaje conlleva desviaciones en el proceso comunicativo.